En estas vacaciones, pensadas para las infancias, está la posibilidad del propio regreso a la infancia, a partir de un recorrido por las más emblemáticas publicaciones infantiles y materiales escolares y con el aporte didáctico de las icónicas láminas Estrada. 

La Casa del Historiador invita a disfrutar de una muestra del patrimonio del Archivo Histórico de Buenos Aires, en el marco de una colaboración con el Museo de la Ilustración Gráfica, donde se ofrece este recorrido visual por los últimos cien años de la educación argentina rememorando las clásicas publicaciones Billiken, Anteojito y el material didáctico Estrada.

La muestra se puede visitar de lunes a viernes de 13 a 17 h, en el recientemente renovado y recuperado Salón Comedor Familia Estrada de la Casa del Historiador, ubicada en Bolívar 466, esto con entrada sin costo e inscripción previa, teniendo en cuenta que el sábado 20 de julio a las 16 h habrá también una visita guiada especial.

La exposición establece un diálogo entre los mapas y láminas de la mapoteca de la Biblioteca y Archivo de Buenos Aires y las coloridas reproducciones de pósteres de Billiken y Anteojito. A través de las tapas de revistas de la colección del Museo de la Ilustración Gráfica y colecciones privadas, junto a los históricos manuales Estrada, se conforma un relato visual de la evolución educativa argentina, desde programas y recursos didácticos hasta ideologías.

Muchos son los que sostienen que nuestro país representa un caso singular en las correspondencias entre revistas infantiles y la educación, esto a partir de ser Billiken y Anteojito publicaciones nacidas de la visión de Constancio C. Vigil y Manuel García Ferré, quienes sostuvieron un novedoso ida y vuelta con la escuela, llegando a superar el medio millón de ejemplares semanales. Un reconocimiento que llevó a que trascendieran en el mercado nacional, ya que sus contenidos populares y de gran calidad tenían el afán de educar a Hispanoamérica.

Entre las secciones de las dos publicaciones, las láminas y los mapas constituyeron los tesoros más buscados, en particular, debido a que ilustraron cuadernos y aulas. El propio Vigil impulsó a mediados de los años veinte la inclusión de vistosas láminas como un modo de popularizar material escolar a bajo costo, a todo el país y en donde aparecían desde los próceres hasta la botánica y la geografía.

A partir de 1880, los mapas murales y las láminas didácticas tuvieron a Editorial Estrada como pionera. Avanzado el siglo XX, estos materiales comenzaron a convivir en escuelas con las ilustraciones de las revistas infantiles. La editorial distribuía oficialmente a las escuelas, en principio importando mapas ingleses, a partir de cartografía de argentinos, y láminas francesas de ciencias naturales. Ya para la década del treinta iniciaría la producción en la calle Bolívar 466, con total talento argentino. Por la época en que Vigil ponía en marcha una revolución en la comunicación de los contenidos escolares, la Editorial Estrada se adecuaba con sus mapas y manuales, celebradas y masivas “joyas enciclopédicas”.