La Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) publicó un informe que revela deficiencias en el nuevo Sistema de Estacionamiento Medido. La empresa encargada de cobrar el estacionamiento medido en la Ciudad de Buenos Aires se llama Blinkay y lo hace por medio de una aplicación.
Luego de que un informe de la AGCBA hiciera público que las concesiones de acarreo y estacionamiento medido con décadas de prórroga le reportaban a las arcas de la Ciudad el exiguo canon de cincuenta mil pesos mensuales, En junio de 2022, post pandemia, el gobierno del PRO trajo como novedad a Blinkay, una empresa que brinda una aplicación, que no pertenece al gobierno de la Ciudad. Esta app reemplazó a los parquímetros y las máquinas expendedoras de tickets en los barrios de San Telmo, Monserrat, Balvanera, San Nicolás, Retiro, Recoleta y desde mayo de este año, también en Puerto Madero.
A partir del este año el área tarifada se extendió a nuevas calles, pasando de 3.500 espacios tarifados en el 2022 a los 4.400 actuales. Por su parte, y a partir de un proyecto oficialista la Legislatura porteña sancionó en 2020 una ley que amplió la habilitación del cobro a más de 80.000 espacios, pero hasta ahora no fue puesta en práctica. Lo que sí sucedió en septiembre fue el aumento de un 120% de la tarifa y para diciembre está estipulado otro incremento.
Este nuevo sistema de estacionamiento medido produce nuevos riesgos que anteriormente no existían, algunos relacionados con la ciberseguridad y otros con el control tecnológico asociado a la aplicación.
En el informe, la AGCBA comprobó que la empresa no cuenta con personal calificado para que controle y garantice la funcionalidad. Además carecen de estudios de factibilidad detallados que evalúen los recursos humanos y tecnológicos en el que se priorice el desarrollo a través de un proveedor externo.
En relación a diversos actos normativos, no existen modelos para dar cumplimiento a los objetivos establecidos para el gobierno, modelos de evaluación de oportunidades de mejora e innovación, ni modelos de análisis de riesgos tecnológicos que recopile y evalúe los datos, defina, articule y actualice un perfil de riesgo aceptado por el organismo en línea con los costos y beneficios asignados.
Respecto a esto el Auditor Lisandro Teszkiewicz agrega: “la desidia es tal que los agentes de la gerencia vinculados a las tareas tecnológicas que no realizaron ningún curso de formación relacionados con el Sistema y tampoco se informó si existe un repositorio de roles, responsabilidades, contenido y agentes autorizados al acceso, y para peor ni siquiera consta el registro y actualización de la Base de Datos de acuerdo a Ley de Protección de Datos Personales”.
El informe detalla que no existe una política de resguardo de información, no anexa política de gestión, evaluación de la calidad y depuración de los datos administrados. No establece los diferentes niveles de confidencialidad, integridad, criticidad, disponibilidad y privacidad.
El Auditor peronista resalta que: “No existen planes que faciliten el normal funcionamiento del sistema, no adjuntan documentación que asegure que existe un plan de recuperación de desastres y pruebas de recupero. No se adjunta documentación que asegure la implementación de procesos de monitoreo, control y revisiones que reflejen la situación actual y verifique que las mejoras implementadas respetan la normativa del GCBA. Y estamos hablando de una aplicación donde las vecinas y vecinos de la ciudad, así como cualquier visitante, debe proporcionar datos personales, e incluso los datos de sus tarjetas y cuentas bancarias. Cuando vamos a ver como funciona el sistema lo que vemos es que el contrato con Blinkay, como casi todos los contratos con empresas del gobierno, conforma una gestión ineficiente, poco transparente e insegura de los datos de los porteños que administran”.
Finalmente Teszkiewicz concluye "como en buena parte de la gestión de la ciudad en los casi 20 años de gobierno del PRO, nos encontramos que en vez de una política pública el estacionamiento medido es un negociado entre socios y amigos del poder. Este caso además resalta porque venimos de una historia escandalosa con concesiones prorrogadas durante décadas que lo único que trajeron fueron pérdidas para la ciudad, costos para los vecinos y negocios para las empresas amigas del gobierno. Y ahora, en vez de avanzar con aplicaciones y tecnología propia del gobierno para generar un sistema de estacionamiento medido al servicio de la mejora del tránsito y el transporte de
las vecinas y vecinos, lo que nos trajeron es una nueva concesión con una empresa poco calificada que recauda fortunas y hace negocios con la información de los porteños y las porteñas. Nuevamente vemos que transformar toda política pública en un negociado, no es un error, es un proyecto político sostenido en el tiempo por el macrismo y sus socios políticos y económicos".