En un paso clave para la expansión de la red de subtes en la ciudad, el gobierno porteño ha adjudicado recientemente la licitación para el desarrollo de la Línea F, que promete transformar el transporte subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires.
Este ambicioso proyecto, con un presupuesto estimado en 1500 millones de dólares, tiene como objetivo conectar nuevos puntos de la ciudad y mejorar la infraestructura del sistema de transporte. Las obras, según las estimaciones oficiales, comenzarían en 2026.
La licitación ha atraído el interés de importantes empresas internacionales que buscan formar parte de este desarrollo. Entre ellas se encuentran grandes firmas de renombre europeo y asiático como Alstom, Siemens, Ghella y la gigante china CRRC. Estas compañías se han mostrado interesadas en participar de un proyecto que promete modernizar y ampliar el servicio de subtes en la capital argentina.
Uno de los estudios de arquitectura más influyentes de la ciudad, Urgell-Penedo-Urgell, en conjunto con las prestigiosas firmas de ingeniería IATASA y ATEC, serán los encargados de liderar el diseño y la planificación del proyecto.
Además, estas empresas serán responsables de redactar los pliegos de licitación que guiarán el proceso de construcción de la nueva línea. El trabajo de estos especialistas será fundamental para garantizar que el diseño del proyecto cumpla con los estándares de calidad y funcionalidad esperados por los usuarios del subte porteño.
Cuando la Línea F esté finalizada, cubrirá un recorrido de 9 kilómetros, abarcando 11 nuevas estaciones que mejorarán la conectividad de barrios clave de la ciudad como Barracas, Constitución, San Cristóbal, Monserrat, San Nicolás, Recoleta y Palermo. Esta nueva línea ofrecerá una opción de transporte más rápida y eficiente para miles de habitantes y visitantes de estos importantes sectores porteños.
Además, la Línea F facilitará la conexión entre diversos puntos estratégicos de la ciudad y el sistema de subtes ya existente, lo que mejorará notablemente la movilidad urbana.
El tramo adjudicado en esta fase de la licitación se extiende desde la estación Constitución hasta la Avenida Callao, atravesando importantes áreas del centro y sur de la ciudad. La primera etapa de la obra incluirá el tendido de vías por calles de gran tránsito como Cochabamba, Chile y Tucumán, puntos neurálgicos que actualmente carecen de una opción eficiente de transporte subterráneo.
Desde el gobierno porteño se espera que, a finales de este año, se lancen las licitaciones para los primeros trabajos previos a la construcción de la Línea F. Estos trabajos iniciales, que incluyen tareas de adecuación y preparación del terreno, darán paso a la firma de los contratos correspondientes a principios de 2026. La construcción de la nueva línea de subte, de acuerdo a las proyecciones actuales, comenzará en octubre de 2026, un hito que marca el inicio de una obra que se extenderá por varios años hasta su finalización.
La licitación ha despertado un notable interés por parte de empresas de todo el mundo. Entre las compañías europeas que se han contactado con el Ministerio de Infraestructura, que lidera Pablo Bereciartúa, se encuentran algunas de las más destacadas del sector ferroviario y de infraestructuras. Entre ellas figuran las francesas Alstom y Systra, las italianas Ghella, Webuild y CMC di Ravenna, la alemana Siemens, la española Acciona, y la portuguesa Mota Engil. Estas firmas han manifestado su interés en participar en la construcción y operación de la nueva línea de subte, lo que refleja la importancia de este proyecto a nivel internacional.
Asimismo, empresas chinas también han mostrado interés en ser parte del desarrollo de la Línea F. Entre las constructoras de China que se han puesto en contacto con las autoridades argentinas se encuentran Powerchina, CMEC, CREC, CRRC Changchun y CCECC. Estas empresas, reconocidas por su experiencia en proyectos de gran escala, han considerado el proyecto como una oportunidad estratégica para expandir su presencia en el mercado latinoamericano. También se ha registrado la consulta de la empresa japonesa Hitachi/Ansaldo, lo que evidencia el alcance global que ha tenido la licitación.
Desde Argentina, varias empresas nacionales también han expresado su interés en participar en el proyecto. Entre ellas destacan Dycasa, Techint, BTU, Chediak, Rovella, COSUD, CRIBA y Benito Roggio, grandes actores del sector de la construcción que han estado involucrados en numerosos proyectos de infraestructura en el país.
Uno de los aspectos más relevantes de la Línea F será su integración con otras líneas del sistema de subtes de la ciudad. Esta nueva línea se conectará directamente con las seis líneas actuales del subte, lo que facilitará los transbordos y mejorará la eficiencia del sistema en su conjunto. Además, la Línea F también tendrá una conexión estratégica con las futuras líneas de Trambús, un sistema de transporte por carretera que se está desarrollando para complementar la red subterránea.
Las futuras líneas de Trambús, que correrán entre Belgrano y Pompeya, así como entre Aeroparque y Pompeya, se integrarán con la Línea F, lo que ampliará las opciones de transporte público en diferentes puntos de la ciudad. Este tipo de integración modal será fundamental para mejorar la experiencia de los usuarios, permitiendo un tránsito más fluido y una mayor conectividad entre distintos puntos de la ciudad.
La construcción de la Línea F representa un avance importante en la mejora de la movilidad urbana de Buenos Aires. Con su recorrido de 9 kilómetros y la ampliación de la red de subtes, se espera una reducción considerable en la congestión del tráfico en las principales avenidas y calles de la ciudad. Además, al ser una línea subterránea, la Línea F contribuirá a reducir las emisiones de gases contaminantes, fomentando un modelo de transporte más sustentable y amigable con el medio ambiente.
Tras su inauguración, prevista para los próximos años, la Línea F no solo transformará la conectividad de la ciudad, sino que también impulsará el desarrollo económico y social de los barrios por donde pasará, mejorando la calidad de vida de los porteños y facilitando la integración de las distintas zonas de Buenos Aires.