La Asociación de Fileteadores denunciaron censura por parte del gobierno de Javier Milei al impedir la presentación de diferentes obras en el marco de la exposición del 14º Encuentro Anual de Fileteadores que se estaba por realizar en el Palacio Libertad, situaciones que la entidad recuerda solo sucedieron durante la última dictadura cívica-militar.

En concreto, horas antes de la inauguración de la exposición, cuya curaduría recayó en Ayelén Fagiani, se les informó a los organizadores que debían bajar las obras con contenido público, asegurándoles que herían la susceptibilidad del gobierno Nacional, señalando puntualmente aquellas que se referían a la Educación Pública y al conflicto en Gaza.(foto)

Frente a esto, la entidad que preside María Cecilia Calvet emitió un comunicado en el que reafirmaron su compromiso con la democracia, remarcando el valor del arte como comunicador y transformador social, dando a conocer que la exposición, ahora desmontada, se concretará en otro espacio. Se trata, así los expresan desde la Asociación de Fileteadores, de buscar un lugar en el que se defienda democracia y la libertad de expresión, imponiéndose ante la censura libertaria.

Una acción de censura que ya ha rebotado en la Legislatura porteña a partir de la presentación de un proyecto de Declaración en el cual se expresa el “enérgico repudio a la censura sufrida por la Asociación de Fileteadores en el marco del 14° Encuentro Anual de Fileteadores, donde se les exigió retirar obras con contenido político por considerarse ofensivas al Gobierno Nacional”, iniciativa parlamentaria presentada por la diputada Victoria Montenegro.

En los fundamentos del proyecto presentado por la diputada de Unión por la Patria se califica lo sucedido como un hecho que reviste una gravedad institucional y cultural que merece ser atendida por el Cuerpo, debido a las implicancias que tiene para la libertad de expresión y el desarrollo de toda manifestación artística. 

Recordando que el fileteado transmite, en sus formas y contenidos, los valores, los sentimientos y el humor de la cultura popular porteña, convirtiéndose en un símbolo estético reconocido internacionalmente, menciona Victoria Montenegro que, a lo largo de su historia, esta expresión artística atravesó etapas de reconocimiento y de prohibición señalando también, en esta última descripción, lo sucedido durante la última dictadura cívico-militar, donde esta manifestación artística fue objeto de marginación y censura, ya que se la consideraba una práctica de raíz popular y crítica. Sin dejar de mencionar que la eliminación del filete de los espacios públicos fue parte de una política más amplia de control cultural y disciplinamiento social, una prohibición que constituyó un golpe contra la memoria, la identidad y la diversidad artística de la Ciudad. 

Situación de persecución que cambió con el regreso de la democracia, momento en el que el filete porteño recuperó lo visibilidad, camino que se coronó en 2015 cuando recibió uno de los reconocimientos internacionales más importantes en su historia, momento en el que la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, imponiéndole al Estado argentino obligaciones concretas respecto de su preservación, difusión y transmisión intergeneracional, protegiendo cualquier forma de censura, discriminación o silenciamiento.